sábado, 11 de octubre de 2014

La muerte es la buena en esta historia.

No se si el alma duele o si la mente pesa o si el corazón entristece, tampoco se si el espíritu se cansa, si es que tenemos algo así...si es que hay algo adentro nuestro, intangible pero fuerte. Pero puedo ver que el cuerpo de mi mamá no da mas y ella sigue acá, por alguna razón algo mas que su cuerpo sigue acá y también se que verla así nos provoca un sentimiento tan desgarrador que cada parte de mi cuerpo se siente como si fuera aplastada o golpeada hasta tirarme al piso y de nuevo, por alguna razón, sigo caminando y respirando y hablando y sonriendo...y verla de nuevo me vuelve a aplastar y así cada día. 
Ahí es cuando esta enfermedad de mierda te obliga a convertir a la muerte en la única salvación posible para tanto sufrimiento, de eso se trata ahora: de que ella se entregue y deje de sufrir. 
Los que quedamos acá buscaremos la manera de vivir con su ausencia y de hacer que cada día el sufrimiento se vea tapado por alguna alegría pasajera. 
No se exactamente lo que me duele, pero duele mucho.

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