Camuflar la soledad con caracteres, creyendo que estar
sentado frente a una computadora o una pantalla de celular es hacer girar la
rueda, se convierte en algo terriblemente peligroso y maravilloso al mismo
tiempo. Es estar acompañado sin nadie al lado, es elegir en que instante
recibir esa compañía intangible…el poder elegir creo que le da el toque
maravilloso. Yo no puedo decidir cuando sentir tristeza, ni cuando dejar de
hacerlo, lo que si puedo es decidir como y cuando estar acompañada durante ese
proceso.
Pero la realidad es que en un determinado momento del día me
encuentro sola en mi habitación y no hay virtualidad que pueda con eso y es el
desgano el que me retiene acá, impidiéndome salir y quitándome las ganas de
recibir compañía…es ahí donde la soledad se vuelve amiga y peligrosa a la vez. Ahora
solo resta buscar el equilibrio para que todo lo que me rodea no comience a molestarme
al punto tal de no querer saber nada con ello.
La soledad no es mala, siempre y cuando no la acompañe todo
el tiempo la tristeza.