miércoles, 15 de octubre de 2014

La muerte se llevó a mi mamá lejos de mi.

Y llegó...podes disfrazarla como quieras, pintarla del color que mas te guste y usar miles de metáforas para que la palabra MUERTE no suene tan chocante y fría. Pero es eso lo que se llevó a mi mamá lejos de mi, LA MUERTE.
Es la segunda vez en mi vida que me veo obligada a esperarla y hasta desearla con todas mis fuerzas para dejar de ver sufrir a las personas que amo, eso también me llevó a recibirla y digerirla de maneras distintas...no siempre es igual. 
A mi hermano LA MUERTE me lo arrebató y es por eso que me quedó ese sabor amargo, tantas cosas sin resolver, perdones y te quieros que nunca nos dijimos, abrazos que nunca nos dimos y nunca nos vamos a poder dar. Recuerdo que en su velatorio no podía alejarme del cajón y no podía parar de tocarlo, hoy entendí que fue porque no estaba preparada para dejarlo ir. Con mis viejos fue tan distinto, entendí a LA MUERTE como un estado mas de la vida, triste, doloroso e inexplicable pero NECESARIO. Les dije en vida todo lo que sentía y no paré de decirles que los amaba cada vez que los veía durante la etapa final, entonces no fue necesario quedarme parada al lado de un cajón con un cuerpo que ya no tiene alma. Dejarlos en el cementerio es lo mas cruel que tiene que vivir una persona, porque por mas que ese cuerpo ya no tenga alma, es ese cuerpo que te acompañó toda tu vida el que ahora va a ser desintegrado por gusanos. Y es a ese lugar, donde ya no queda nada de ellos pero fue el último lugar donde los dejaste, a donde vas a ir a llorar y cambiar flores todos los meses porque de alguna manera necesitas seguir haciendo algo por ellos toda tu vida. 
En menos de un año me quedé sin papá y sin mamá pero cuando el dolor esta mezclado con mucho amor, no tiene un sabor tan amargo...


Mi mamá se murió el 13 de octubre de 2014 a las 7:45. 

sábado, 11 de octubre de 2014

La muerte es la buena en esta historia.

No se si el alma duele o si la mente pesa o si el corazón entristece, tampoco se si el espíritu se cansa, si es que tenemos algo así...si es que hay algo adentro nuestro, intangible pero fuerte. Pero puedo ver que el cuerpo de mi mamá no da mas y ella sigue acá, por alguna razón algo mas que su cuerpo sigue acá y también se que verla así nos provoca un sentimiento tan desgarrador que cada parte de mi cuerpo se siente como si fuera aplastada o golpeada hasta tirarme al piso y de nuevo, por alguna razón, sigo caminando y respirando y hablando y sonriendo...y verla de nuevo me vuelve a aplastar y así cada día. 
Ahí es cuando esta enfermedad de mierda te obliga a convertir a la muerte en la única salvación posible para tanto sufrimiento, de eso se trata ahora: de que ella se entregue y deje de sufrir. 
Los que quedamos acá buscaremos la manera de vivir con su ausencia y de hacer que cada día el sufrimiento se vea tapado por alguna alegría pasajera. 
No se exactamente lo que me duele, pero duele mucho.